La iglesia, escuela de paz

De manera lúcida e interdisciplinar, Xabier Pikaza nos propone volver la mirada hacia la respuesta cristiana a las muchas violencias que nos asaltan. Lo hace no de un modo triunfalista ("como si los cristianos tuvieramos soluciones que otros no tienen") sino con el convencimiento de que el cristianismo puede y debe aportar su palabra y camino de paz.

Hoy se habla mucho de la relación de religiones y violencia, sin embargo, es indudable que los creyentes y, en concreto los cristianos (que siguen al que vino "a guiar nuestros pasos por el camino de la paz") han trabajado, y siguen haciéndolo, por hacer realidad ese deseo bíblico de que las lanzas se conviertan en podaderas.

Para ello, el autor ha dividido este ensayo que presentamos en dos grandes bloques.

En el primero ("Guerra y paz. Una teoría general") analiza el tema de la guerra y la paz desde un punto de vista teórico. Describe las distintas manifestaciones de violencia-guerra que se dan en nuestra sociedad (violencia de género, familiar, comercio de personas, discriminación social y laboral, aborto, hambrunas, violencia económica, guerras de poder y civilizaciones...).

Pasa a continuación a describir la paz desde la perspectiva de algunos grandes pensadores de la humanidad (Buda, Platón, Kant, Marx) para terminar este primer bloque ofreciendo la perspectiva bíblica de la cuestión.

En el segundo bloque ("Un camino de paz. Una propuesta cristiana) desarrolla un itinerario concreto de la paz cristiana dividido en doce estaciones que se agrupan en cuatro grandes ámbitos: a) la paz en el plano de la familia y del surgimiento de la vida; b)plano económico, intelectual y religioso; c)transformación social y religiosa; d)la paz como superación de toda guerra, en el plano militar y religioso (antropológico).

Esta obra constituye uno de los primeros intentos de Teología de la paz en lengua castellana. Abre perspectivas, amplía horizontes, rezuma realismo y esperanza. Ojalá sirva como estímulo para embarcarnos en el Tren de la Paz que Jesús puso en marcha y recorrer juntos el camino que la haga posible.